27 febrero 2008

Los pueblos originarios a la espera de los "nuevos tiempos" del gobierno de Hermes Binner

Uno de los tantos desafíos que la nueva gestión provincial tiene por delante es el de la problemática de los pueblos aborígenes que habitan territorio santafesino. Los referentes de las comunidades indígenas de toda la provincia realizaron, sobre todo durante el último gobierno de Jorge Obeid, un arduo trabajo que se centró en los pasos previos para las creación, mediante una ley reglamentada por la Legislatura, de un organismo estatal –el Instituto Provincial Aborigen Santafesino (IPAS)– encargado de llevar adelante las políticas específicas para los aborígenes. Dentro de este marco están cuestiones cruciales como la restitución de tierras. Pero la dinámica de la conformación del IPAS quedó congelada desde mediados del año pasado, a poco de comenzar la campaña política. Los aborígenes, por su parte, concretaron las elecciones de los consejeros de cada comunidad y se convocaron a la primera asamblea constitutiva. Luego, desde el Estado se clavó el freno. ¿Qué pasará ahora?, se preguntan los referentes de las comunidades locales, no sin cierta desconfianza de que todo el esfuerzo realizado en los últimos años, haya sido en vano. Desde el nuevo gobierno les trasmiten que están revisando lo actuado, y que una vez que tengan una evaluación debatirán los pasos a seguir. Los dirigentes aborígenes esperan con inquietud. Es que las necesidades de tierra, salud, educación y trabajo son acuciantes para comunidades históricamente olvidadas y a las que no les llega ningún derrame del actual boom económico. Por el contrario, son aún el testimonio del despojo sobre el que se basa la riqueza, siempre de otros.
“Llegamos hasta la asamblea constitutiva del IPAS con todos los representantes elegidos por las comunidades y se realizó una reunión en Santa Fe el 6 de junio del año pasado, y después se detuvo todo”, expresó Ruperta Pérez, referente de la comunidad qom (toba) de Roullión al 4300.

“La lucha de los pueblos originarios se hace muy difícil porque hay mucho desconocimiento por parte de los gobiernos y mucha burocracia. Los indígenas nos organizamos y avanzamos pero entonces nos ponen un freno. Aún así, con la movida de las elecciones de los consejeros de cada comunidad para la creación de este organismo sirvió para fortalecer el trabajo desde las bases con nuestras comunidades, eso fue lo más importante de este proceso aunque después nos dimos cuenta de que aún no hay nada concreto de todo lo prometido”, resaltó la mujer.

“Estamos recién empezando el diálogo con las nuevas autoridades y aunque tenemos expectativas todavía no nos han bajado cuáles van a ser los lineamientos, si se va a continuar la marcha con el IPAS o no. La ley esta reglamentada parcialmente, o sea que también debe volver a la Legislatura. Durante la gestión anterior se avanzó en algo con las aplicaciones de las leyes provinciales y nacionales, y fueron cedidas algunas franjas de tierras a comunidades del norte provincial de la Cuña Boscosa, pero a la vez muchas de esas tierras están ocupadas por criollos y no ha habido una política para ellos, y nosotros vamos a ser los que provoquemos un enfrentamiento entre pobres”, dice la dirigente. “Lo único que se avanzó en cuanto a la restitución de tierras fue, en alguna medida, en la Cuña Boscosa, en Berna y en Reconquista, pero todo muy chiquito. En Tostado también pero esta vez por una iniciativa en el marco nacional”, agrega.

Cabe mencionar que la creación del IPAS forma parte de la reglamentación de la la ley provincial aborigen Nº 11078, sancionada en 1993, reglamentada recién en 2005, y que recoge el espíritu de la Constitución Nacional y reconoce la “preexistencia étnica y cultural” de los pueblos originarios. Incluye como derechos “la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan” los aborígenes.

En tanto, la ley 12.086 de adjudicación de tierras fue sancionada en noviembre de 2002 y reglamentada en diciembre de 2005, y autoriza al Poder Ejecutivo “a restituir, bajo la forma jurídica de adjudicación que corresponda, a las Comunidades Aborígenes nucleadas por la Organización de Comunidades Aborígenes de Santa Fe (Ocastafe) y otras comunidades de la provincia, lotes fiscales y parcelas de islas fiscales, propiedad del Superior Gobierno de la provincia”.
En este sentido, la constitución del IPAS, además de centralizar las políticas hacia las comunidades, también tenía como una de sus tareas fundamentales acordar con los municipios y comunas la restitución de tierras a los pueblos originarios, a través de una Comisión de Adjudicación.

“Las leyes de reconocimiento a los pueblos aborígenes tanto a nivel provincial como nacional están y hablan del derecho a la tierra, a la vivienda, a la educación y a la salud, pero lo que falta es que se apliquen y que se lleven a la práctica”, consideró la representante del pueblo Toba.

“La cuestión en los barrios de Rosario en donde tenemos más de 20 mil aborígenes, es que no hay títulos de propiedad, ni tampoco la regularización de la tenencia de tierras locales, y sigue siendo preocupante la falta de trabajo; nosotros seguimos sobreviviendo con las artesanías, algunas changas y el cirujeo. Mientras tanto, los barrios crecen al límite, se agrandan los asentamientos irregulares que ya no son de los que vienen del Chaco, como nosotros en su momento, sino que son nuestros hijos, ya que en las casas de 9 metros por 18, en donde pueden vivir apretados cuatro personas, hoy están viviendo cuatro familias”, describió la referente de los aborígenes.

“En marzo se hará una reunión provincial en Reconquista de Ocastafé, que servirá para delinear las políticas de las comunidades aborígenes para los que resta del año y allí esperamos tener ya un avance con relación a lo que nos vienen planteando las nuevas autoridades del gobierno. Tenemos buenas expectativas en este sentido, y esperamos que esas expectativas no se vean defraudadas una vez más”, sostuvo Pérez.


Raúl Brito, el nuevo funcionario provincial a cargo del área aborigen :
“Todavía estamos en la etapa de diagnóstico”

“Estamos en una etapa de diagnóstico y entablando los acercamientos con todas las comunidades aborígenes del territorio provincial para delinear los pasos a seguir de aquí en adelante, pero todavía no se pueden hacer anuncios concretos”, sostuvo Raúl Brito (43), flamante titular de la Dirección de Pueblos Originarios y Equidad, una oficina que reemplaza a la anterior de Dirección de Asuntos Indígenas que ocupó Joaquín Núñez durante la ultima gestión de Jorge Obeid.
La nueva dirección que se encarga de la problemática aborigen depende del Ministerio de Desarrollo Social –a cargo de Pablo Farías– y está dentro de la órbita de la Secretaría de Desarrollo para la Ciudadanía, cuya titular es Patricia Giuricich.

Brito, el nuevo funcionario, reconoció los innumerables reclamos legítimos de las comunidades aborígenes, pero habló con mesura: “Primero, la cuestión de las comunidades aborígenes es muy compleja, y además hay que esperar que concluya una evaluación de todo lo actuado hasta ahora para recién después comenzar a delinear los pasos a seguir. Lo más importante que les trasmito a los dirigentes es que lo que se haga va a ser debatido con ellos”.

“Queremos ser prolijos, y la realidad de las distintas comunidades requiere políticas particulares: no son lo mismo las comunidades de Rosario que las de norte provincial”, dijo Brito.
“Como primera medida ya comenzamos a reunirnos con los referentes de los pueblos originarios. En el caso de Rosario, estamos manteniendo encuentros con todos. En estos días he estado con referentes de la comunidad Toba de La Travesía como Ofelia Morales, Alberto Jordán; del barrio Roullión, Ruperta Pérez y Lino Chiara; con la representante de los Collas, Cristina Choque, entre tantos, y vamos a seguir acercándonos a todos”, añadió.

“A nivel provincial arrancamos por el norte y fuimos a las comunidades mocovíes y tobas de Florencia, Rabón, Las Toscas, Guadalupe Norte, Reconquista, Los Laureles y las de Santa Fe capital entre otras. La idea es trabajar junto a los dirigentes: sabemos que se trata de un gran desafío porque hay mucho por hacer, ya que estamos hablando de siglos de postergación de los pueblos originarios”, sostuvo.

Brito es maestro y profesor en Ciencias de la Educación y se desempeñó durante diez años como docente de la Escuela Bilingüe Qom-Español 1344 Cacique Taigoyé que hoy funciona en el complejo educativo Rosa Ziperovich, de Travesía y Juan B. Justo.